1000 b.C.
1000 b.C
Esta es la historia que nos enseña cómo se comportaban, vivían y las cosas que hacían las tribus en el año 10,000 a.C. para sobrevivir. Es un film con mucha ficción para poder atraer a los espectadores y claramente, obtener el dinero que están buscando pero tiene muchos hechos históricos referentes a las tribus y otras civilizaciones desde la Pre-Historia hasta la Historia. Tomando todo esto en cuenta, no solo me entretuve viendo una película de acción, pero muchas dudas me fueron aclaradas a través de esta historia.
Esta corta historia es contada como leyenda, habla sobre ‘la niña de ojos azules’ quien es la que les da la visión a la vieja madre del peligro que está por venir y la prometida del próximo cazador con la ‘Lanza Blanca’.
Esta niña llamada Evolet, es una joven de pelo largo y trigueña con ojos color celeste y pelo oscuro. Fue encontrada en las montañas por unos miembros de la tribu de los Yaghal llorando; ya que habían matado a su familia y la vieja madre decidió unirla a la tribu. Esa misma noche, la Vieja Madre tiene una visión sobre unos ‘demonios’ de 4 patas y que el hombre que derrote al último Mannak se casara con ella. D’leh, quien su madre muere durante el parto y dicen que su padre abandono a la tribu; la conoce una noche en la cual le dice “Tu como esa estrella (y apunta a una estrella en el cielo), siempre brillaras en mi corazón.” y así fue. El tiempo paso y ellos se enamoran.
Cuando llega el día de la caza del ultimo Mannak, D’leh está nervioso porque sabe que puede perder a Evolet a otro hombre. Llega la hora de caza y todos los cazadores van a ver quién mata al Mannak más viejo, lo atrapan en una red y se aguantan de ella hasta que el jefe dicen que la suelten pero D’leh esta atorado en la red y corre peligro de muerte. Cuando logra soltarse se encuentra frente a frente con el Mannak y no tiene otra opción más que tratar de protegerse y vivir pero para su suerte, su lanza se atora entre dos rocas y no la puede sacar, el Mannak corre hacia él y su lanza se le entierra en el pecho causándole la muerte al Mannak y todos creen que fue a causa de D’leh otorgándole la Lanza Blanca y la mano de Evolet. Esa noche, el devuelve la lanza ya que no es digno de tenerla y así también entrega a Evolet pero para sorpresa de todos, esa noche es la noche en la que los demonios de cuatro patas llegan a secuestrar a muchos hombres y mujeres de la tribu, entre ellos, Evolet. Ahora D’leh quiere salvar a Evolet y el resto del clan, así que la Vieja Madre envía a D’leh, Tik’tik y Ka’ren para que los rescaten y les echa una bendición y envía a sus espíritus con ellos para sentir lo que ellos sienten. Al Bakú querer ir con ellos, la Vieja madre se lo prohíbe por ser tan joven pero él decide seguirlos cuando se van sin ser visto. D’leh lo ve, Tik’tik le dice que vuelva a casa pero ya estaban muy lejos y no tenían otra opción más que llevárselo.
El viaje fue largo, pero al llegar a un bosque tropical se encuentran con ellos. Se quedan vigilantes pero D’leh no pudo aguantar y fue por Evolet pero se dan cuenta que no está y comienza la búsqueda por la mujer de ojos azules. Encuentran a Ka’ren y se lo llevan, luego a Bakú y finalmente a Evolet. Tik’tik está mal herido, pero D’leh se lo lleva a un lugar más seguro y va en búsqueda de comida, pero para su suerte, cae en un roto en el piso y se encuentra atrapado con un Diente de Lanza. Esa noche la Vieja Madre no pudo hacer nada por él y D’leh se tiene que enfrentar a el Diente de Lanza solo. Empieza a llover y el roto donde están se llena de agua. El Diente de Lanza está atrapado y D’leh siente compasión por él y decide sacarlo. Por suerte, no fue atacado, pudo salir y regreso a donde Tik’tik quien le dice a donde se dirigieron y donde atacaron.
Llegan a donde una tribu donde encuentran muchas cosas desconocidas y personas muy diferentes a ellos. Estos hombres tenían piel muy oscura, no tenían pelo y hablaban lenguas distintas. La tribu entro en actitud defensiva cuando los vieron pero llegaron los espíritus de la Vieja Madre en el Diente de Lanza y como D’leh le dijo a la bestia que no atacara y ella se fue, no les hicieron daño. La tribu eran los Naku, ellos le dieron de comer y de beber. Un hombre que hablaba la misma lengua que ellos les cuenta que un hombre muy parecido a D’leh fue a esa tribu en búsqueda de nuevas tierras y los espíritus malignos (demonios de cuatro) patas, se lo llevaron y volaron sobre las arenas hasta la montaña de los Dioses. El sacerdote de los Naku, cuenta la profecía que dice que el hombre que hable con el Diente de Lanza los salvara a todos, refiriéndose a D’leh.
Tik’tik le aclara a D’leh que cuando su madre muere en el parto, su padre toma todo el peso de la tribu y se fue para ayudarlos, pero mando a Tik’tik a decir que los había abandonado. El también cargaba la lanza blanca. Era un hombre con gran destino, igual que D’leh.
El hombre que habla su misma lengua les dice que los espíritus malignos se llevaron a su hijo, Tudu y mataron a su esposa. Los Naku envían un mensaje de búsqueda a otras tribus y llega rápido gracias a Kawu, el mensajero más rápido de la tribu. Llegan varias tribus, entre ellas la, Tutt-Tutt, Kula y Hoda quienes se le unieron a D’leh, Tik’tik y los Naku para derrotar a los Demonios.
Los demonios volaban en los Grandes pájaros sobre las aguas que se movían como una serpiente. Tenían que encontrar su cabeza pero se decía que todos los que la buscaban morían pero eso no detuvo a D’leh. Caminaron por el desierto varios días buscando el ojo de la serpiente pero no aparecía. Dijeron “descansa bajo el sol pero bajo la luna no se mueve.” Hablaban de la estrella de D’leh y Evolet.
Cuando finalmente llegaron a las tierras de los demonios vieron que había muchos hombres esclavizados haciendo grandes pirámides que parecían de oro. El ‘Jefe’ de los demonios pidió un sacrificio toman a Moha, uno de la tribu de D’leh y lo tiran del tope de una pirámide. Esa noche, D’leh encuentra a los hombres, le cuentan de Moha y dicen que D’leh es mágico por hablar con el Diente de Lanza.
Dentro de la choza de los hombres, escondían a un hombre ciego que sabía todo sobre los Dioses, ya que fue uno de sus sirvientes. Solo queda un Dios. El ciego dijo que solo el que trae la Marca del Cazador (Uru-Anna) puede derrotar al Dios. Aquí fue donde le dicen a D’leh que su padre murió salvando a aquel ciego. Cuando salen de la choza, encuentran a Tik’tik, el pelea con ellos y derrota a dos de tres, el tercero, le atraviesa una espada de la espalda a la barriga y comienza a morir. D’leh lo ve y le pide que no muera pero Tik’tik le entrega la lanza y le pide que sea como su padre, un guerrero.
Uno de los hombres que secuestro a Evolet, One-eye, se quiere casar con ella pero los sorprenden y le dicen que él no es dueño de ella. Evolet tiene un cuchillo en su mano y cuando tratan de quitárselo ven que ella tiene el Uru-Anna, Evolet es la cazadora.
D’leh tenía un plan para derrotar a los Dioses y lo llevan a cabo. Se hacen pasar por esclavos, Tudu y Bakú sueltan a los Mannaks y los demás pelean contra los Demonios. A los Mannaks ser liberados, echan a correr causándole la muerte a muchos de los Demonios. Cuando el emperador se da cuenta de lo que está pasando, va a donde el Dios y el dios mandan a los hombres a llevar a Evolet s fuera y la desconcentren ya que piensan que ella está controlando a los esclavos. Amarran a Evolet por os brazos y a dos caballos. Sale el Dios y todos se arrodillan ante él y los hombres dejan de pelear. El Dios les dice ‘El que siga a esta mujer, entréguese, o ella morirá. Regresen a sus tierras.’ Después de unos segundos, D’leh se entrega y dice que se va a ir con ella, pero tira la lanza al tope de las escaleras y cae en el pecho del Dios y dice ‘Él no es un Dios.’ Y todos se rebelan y vuelven a luchar. One-eye toma a Evolet y la monta en su caballo; ella agarra un cuchillo y se lo entierra en el costado haciéndolo caer del caballo, D’leh llega y el hombre le tira una flecha a Evolet haciéndola caer, y D’leh le entierra la lanza al hombre causándole la muerte.
Cuando la guerra termina, regresan por el mismo camino, cuando llegan a donde viven los Naku y Nakudu le entrega unas semillas que su padre les quería llevar a donde su tribu. D’leh regresa y a los Yaghal y siembra las semillas de forma física y metafórica, dijo ‘Mira lo rápido que crece’ refiriéndose a las plantas y a Evolet quien estaba embarazada. Desde este momento, fueron sedentarios.
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