La amistad en Don Quijote


Sancho, dime con quién andas y

te dire quien eres.



Mientras nos vamos adentrando en la lectura de don Quijote, vemos muchas cosas con las que nos podemos relacionar, tales como el desencanto, la manera en la que los personajes poderosos se aprovechan de los demás y como las personas rechazan a don Quijote por ser diferente. A pesar de haber estado escrito en una época muy diferente a la nuestra, puede describir a la perfección a nuestra sociedad, especialmente a la manera en las que somos influenciados por las personas con las que pasamos gran parte de nuestro tiempo; como le paso a Sancho a través de esta historia. Cervantes pudo plasmar lo que era la vida y la sociedad de aquellos tiempos de tal manera que podemos ver el reflejo de la nuestra en ella.

A lo largo del Quijote, vemos como un hombre anciano y poco cuerdo perdió la cabeza leyendo libros de caballería. Fue afectado de tal manera que vivió los últimos años de su vida creyendo que era un caballero andante. Su colega Sancho Panza, contrario a don Quijote, parecía estar bien mentalmente, pero, a fin de cuentas, ambos estaban igualmente locos y cojeaban de la misma pata. Todos sabemos que los que conocían a don Quijote notaban que estaba loco y contrario a una persona que esté bien de la cabeza, Sancho dejo a su esposa e hijos para acompañar a don Quijote en sus alocadas aventuras. Vemos como en el capítulo 5, De la segunda salida de nuestro buen caballero Don Quijote de la Mancha (página 41), don Quijote se encuentra dando cuchilladas y gritando por todos lados, indicios que su aberración nunca se fue y probablemente nunca lo hará en lo que queda del libro. Ya en la página 42, vemos sus planes con un, aun cuerdo, Sancho de salir en busca de aventuras; y “sin despedirse Panza de sus hijos y ni mujer, ni don Quijote de su Ama y Sobrina, una noche se salieron del lugar” (la segunda salida de don Quijote, página 43), donde vemos como Sancho se junta con don Quijote para seguirlo y perder noción de la vida real.

Dos capítulos después en Aventura con los carneros, después que don Quijote arremata contra un fraile que supuestamente había secuestrado a unas princesas, Sancho comienza a desnudar al fraile mal herido ya que había perdido una batalla contra un caballero y debía ser despojado de sus bienes (página 50). Verdaderamente, Sancho estaba comenzando a afectarse por estar tanto tiempo con don Quijote. Inclusive, él cree en las cosas disparatadas que dice don Quijote referente a una bebida que tenía poderes curativos. Lo vemos en el capítulo 9, La desgraciada aventura de don Quijote con unos yangüeses, cuando le pide de la bebida curativa para ver si le servía para los huesos: “Quería saber si fuese posible que vuestra merced me diese dos tragos de aquella bebida del feo blas, … quizás será de provecho para los quebrantamientos de huesos como para las heridas.” (página 58).

Donde logramos ver en su punto más alto, el nivel de locura de Sancho es casi al final de la primera parte del libro. La historia sobre la batalla de los cueros de vino tinto, don Quijote esta sonámbulo, sueña que le corta la cabeza a un gigante mientras apuñala con su espada a uno cueros de vino tinto. Sancho, quien está despierto, cree fuertemente que hay una cabeza de un gigante degollado rodando por el cuarto y derramando su sangre por todas partes. Sancho busca desesperadamente la cabeza del gigante, pero no la encuentra en ningún lugar. A todo esto, el ventero responde “¿No ves que la sangre y la fuente no es otra cosa que estos cueros que aquí están horadados y el vino tinto que nada en este aposento?” (ventero, página 102), podemos ver que ya el pobre Sancho no estaba bien y que el estar tanto tiempo con don Quijote le había dañado la mente de manera grave y no había vuelta atrás.


No cabe duda alguna que Sancho fue grandemente influenciado por son Alonso Quijano y su chifladura, Sancho casi pierde toda su sanidad sin darse cuenta en quien se estaba convirtiendo. Esto mismo nos pasa a nosotros con nuestras amistades, sus actitudes y manera de actuar y pensar nos afecta más de lo que pensamos, provocando un cambio en nuestra personalidad. El refrán “dime con quien andas y te diré quien eres” tiene mucha razón referente a este tipo de situaciones ya que cada día nos vamos pareciendo más y más a esa persona que forma gran parte de nuestra vida. Podemos notar lo importante que son las buenas amistades, ya que tarde o temprano, actuaremos y pensaremos como ellos lo queramos o no.


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